Cuando su mamá le preguntó dónde estaba la última porción de la tarta, Pedro dijo la verdad. -¡Fue un ninja!-, gritó. Pero sus padres nunca creían sus excusas. Así que un buen día decidió escribir una carta a seis personas diferentes. Todos los seres supuestamente imaginarios se presentan en su casa y por fin los padres de Pedro lo creen.